Tras años de espera, por fin el marco normativo ha permitido que la fotovoltaica se convierta en una realidad, y cada vez son más los hogares y empresas que producen y consumen su propia electricidad.
El concepto es simple:
Instalando paneles solares fotovoltaicos en nuestra vivienda o negocio podremos producir gran parte de la electricidad que habitualmente consumimos, dejando de comprarla, por tanto, a las compañías eléctricas. No nos desconectamos de la red eléctrica, seguimos
manteniendo nuestro contrato, pero la cantidad de energía que tomaremos de la red será menor ya que sólo consumiremos lo que las placas solares no nos aporten (por ejemplo en el caso de las viviendas, durante la noche, o en momentos puntuales en los que consumamos más energía de la que estemos produciendo).