¿Sabías que nueve de cada diez paneles fotovoltaicos que hay en el mercado están fabricados con células de silicio? En la actualidad los dos tipos de paneles solares más extendidos son: los paneles solares monocristalinos y los paneles solares policristalinos. Aunque partan del mismo elemento químico, este no es igual en ambos, algo que puede condicionar que te decidas por uno u otro según las necesidades de tu instalación.
Qué son los paneles solares monocristalinos y por qué los recomendamos en i-MÁS Energía.
El silicio monocristalino tiene un proceso de fabricación más lento y sin apurar el proceso. Las células monoscristalinas están fabricadas con silicio de muy alta pureza, por lo que presentan un mejor rendimiento. Se diferencian por su color azul oscuro o negro y sus bordes con forma redondeada.
Los paneles solares monocristalinos pueden resultar especialmente útiles para lugares o estaciones donde hay poca exposición solar a lo largo del día, ya que la experiencia demuestra que tiene muy buen rendimiento en esas condiciones. Otra ventaja de los paneles solares monocristalinos es que tienen una vida útil muy larga, entre 25 y 50 años, lo que dispara su rentabilidad. Como inconveniente cabe destacar su precio: al necesitar una mayor cantidad de silicio, el precio es superior a las placas solares fabricadas con silicio policristalino.
Elegir paneles solares monocristalinos puede ser la mejor opción para tu instalación en los siguientes casos:
- Mayor rendimiento en meses de invierno o climas nublados: este tipo de placas son muy eficientes a la hora de absorber la radiación en días de lluvia, niebla o tormenta.
- Mejora de la producción / espacio disponible: si buscas mayor rendimiento y no te importa pagar un poco más por la adquisición de tus paneles solares. El espacio es importante también, ya que si no tienes mucho espacio necesitarás un número menor de placas con un mayor rendimiento de cada una para cumplir con tus necesidades de energía.
Como punto positivo está el vertiginoso desarrollo del sector fotovoltaico, conforme la industria va madurando, los costes de producción se reducen, de manera que la adquisición de paneles fotovoltaicos con estas células es cada vez más asequible.
Paneles solares policristalinos, mejor precio pero menos eficientes.
Generalmente de un azul más claro, su mayor ventaja respecto a las celdas monocristalinas parte de un proceso de producción de menor coste, donde se utiliza una cantidad mucho menor de silicio y con menos pérdida de material, hecho que repercute de manera positiva en su precio final. Aunque son más asequibles, toleran peor el calor, lo que se traduce en una eficiencia inferior a la alternativa monocristalina. Las altas temperaturas provocan un menor rendimiento en estas células, y por ello son menos recomendables para usuarios que residan en áreas cálidas. El hecho de que se necesite más espacio y cantidad de paneles para obtener el mismo rendimiento que una instalación menor de paneles monocristalinos, es otra de sus desventajas.
Los paneles solares policristalinos son, por tanto, recomendables si buscas un precio menor y en el caso de que cuentes con espacio suficiente como para instalar varias placas para compensar la diferencia de rendimiento con las monocristalinas.
Paneles fotovoltaicos bifaciales, la gran promesa de la industria.
Tal y como dice su propio nombre, los paneles fotovoltaicos bifaciales están diseñados de manera que puedan producir energía solar por ambas caras de cada panel. Las placas solares convencionales suelen ser monofaciales, es decir, que capturan la luz del sol por su cara superior, siendo su cara inferior opaca. La energía que no se captura en las células fotovoltaicas de la cara superior simplemente se reflecta y se pierde. Los paneles solares bifaciales, por el contrario, están diseñados de manera que puedan producir energía solar a través de sus dos caras. Para ello, estos paneles solares cuentan con células fotovoltaicas en la cara superior que aprovechan la radiación solar directa y también en la parte inferior, cara al suelo, para aprovechar la radiación reflejada. Este diseño se traduce en un incremento de la producción energética con la ayuda de factores como que los módulos se instalen en superficies reflectantes o de colores claros, el ángulo de inclinación o la altura de la instalación, entre otros.
El objetivo de esta tecnología bifacial no es tanto incrementar el porcentaje de eficiencia del módulo solar como que éste genere más electricidad y, por tanto, más potencia.
Este diseño se traduce en un incremento de la producción energética con la ayuda de factores como que los módulos se instalen en superficies reflectantes o de colores claros, el ángulo de inclinación (elevado, casi vertical) o la altura de la instalación, entre otros.
Cuando trabajamos con paneles bifaciales, este tipo de variables mencionadas adquiere auténtica relevancia para optimizar el rendimiento de cada panel, ya que la diferencia está en maximizar la producción de energía de la cara inferior. En instalaciones particulares es posible que esa energía añadida no sea significativa, pero si hablamos de instalaciones industriales o plantas fotovoltaicas la energía extra conseguida se traduce en un gran beneficio energético y económico.